Otro año; otro libro; otro idioma.
Y nuevamente llega el 23 de abril, y una vez más me lleno de un sentimiento que no sé describir.
Quizás no sea sólo uno sino una mezcla de muchos. Hoy es el día del libro y del idioma, dos de mis grandes pasiones. Siempre que pienso en que se les conmemora juntos, me lleno de alegría, aunque sea sólo una convencionalidad.
Justo este año intento aprender con más empeño un idioma, uno que me gusta mucho y que espero en el futuro cercano sea parte de mi día a día: el portugués. De hecho, ya he leído varios escritos en ese idioma y recientemente leí un poema de Fernando Pessoa que me gustó bastante, pese a mis conflictos con la llamada poesía.
Aún no he leído ninguna novela en dicho idioma, pero ya sé cuál será la primera y tengo mucha ansiedad por hacerlo y escribir una reseña sobre ella.
En lo que va de año he leído al menos unos 3 libros de literatura y un par más de filosofía. Pronto haré la reseña de mi primer Tolstói: La muerte de Ivan Ilich. No sé cuál sea mi siguiente lectura literaria, pero no tengo prisa en escoger, aunque sí muchas opciones.
Hoy no tengo un escrito muy articulado ni una oda al libro o los idiomas. Sólo no quería dejar pasar el día din recordarme lo importante que es para mí la lectura y el aprendizaje de otras lenguas.
Aun cuando he estado algo inactiva, mis deseos de crear y escribir no han cesado y no sé si en algún momento lo hagan. Hasta ahora siguen siendo fuerte de un modo natural que, a veces por una u otra razón, yo freno.
En fin, que hoy no hay una lo gran historia que contar, aunque ha sido grato para mí dejar estas líneas aquí para recordarme lo mucho que amo leer y mis ganas locas de aprender otras lenguas. Gracias a quienes las lean y ¡feliz día del libro y del idioma!
P.S.: si quieren algo más elaborado, les invito a leer mi entrada dedicada al libro del año pasado:
https://escrituramiscelanea.blogspot.com/2024/04/feliz-dia-oh-libro.html
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