Día de la mujer: hay que continuar hasta poder celebrar
Al momento de escribir esto, me encontraba pensando en aquel 8 de marzo de 1908 en la ciudad de Nueva York, cuando ese grupo de valientes mujeres alzó su voz en reclamo de la justicia y la igualdad que les era negada. Protesta que marcaría un hito en la historia y que haría que cada 8 de marzo conmemoremos esas voces y recordemos que hoy, más de un siglo después, la justicia reclamada aún no ha llegado, no de manera completa y, por tanto, nuestra lucha no ha acabado. No es por tanto, un día de celebración y júbilo sino de conmemoración.
¿Exageración y derechos garantizados?
Hay quienes consideran que las mujeres y quienes nos apoyan en esta lucha estamos exagerando, pues, a sus juicios, la sociedad actual nos protege, nos reivindica, tenemos incluso más derechos que los hombres ¡semejante hazaña! ¿De qué nos quejamos? ¿Qué más podemos pedir? "Son tonterías" "no saben qué más hacer para llamar la atención" son dos de las expresiones más comunes que arremeten en nuestra contra. Sin embargo, ¿es realmente así? Supongamos por un momento que, en efecto, todos los derechos que reclamamos están jurídicamente avalados, pero, ¿realmente son estos respetados? ¿Estamos verdaderamente protegidas? ¿Tenemos derecho a decidir sobre nuestros propios cuerpos?
La respuesta a cada una de estas preguntas no es un rotundo sí. En muchos países las leyes que nos protegen no bastan, no son suficientes, no hablan por sí solas, sino que están al mando de personas llenas de prejuicios denigrantes sobre nosotras, ultrajando nuestros derechos y, en muchos casos, cuando la mujer es legalmente "libre" de accionar conforme a la ley, la decisión de la misma termina siendo coaccionada justamente por prejuicios, creencias y supersticiones de otras personas...
Claro, cuando se habla de temas como el aborto, las posturas están muy divididas. En la mayor parte de los países de latinoamérica (por sólo mencionar una de esas varias regiones) la balanza se inclina a favor de quienes están en contra. Es interesante que una de las "razones" populares que más se emplean es que ya hay suficientes métodos anticonceptivos para las mujeres que quieren evitar el embarazo. "No hay que estar apoyando la sinvergüenzura" o "así como abrió las piermas, que críe a su muchacho" ¡vaya argumentación la que usan!
Acciones, consecuencias, ¿castigo?
Supongamos nuevamente (ya que parece encantarnos el mundo de las suposiciones) que cada mujer tiene completo y absoluto acceso a los distintos métodos anticonceptivos, pero ¿y qué pasa si el método falla? ¿Qué pasa si su pareja decide abandonarla al momento del embarazo y ella no se siente preparada para tenerlo en sus nuevas condiciones? ¿Qué pasa si no es parte de su proyecto de vida? ¿Y en casos de violación que, aunque en muchos países está permitida la práctica ante tal situación, la decisión se ve coaccionada por familiares, pareja e incluso los médicos? ¿Y si simplemente quedó en embarazo pero no quiere tenerlo?
Este último caso es quizás el más polémico y condenado, aquel en el que se emplean con más fuerza las expresiones antes mencionadas. Lo llamativo de todo es que se apela al castigo para que la mujer tenga al hijo "así como abrió las piermas, que críe a su muchacho", como si la responsabilidad de traer una vida al mundo fuese eso, un castigo, una consecuencia de la imprudencia, de la calentura, de la euforia, de la putería o como quiera llamársele. Entonces, a causa de defender una vida, condenamos a alguien a venir al mundo en condiciones no planificadas y en muchos casos sin amor real por parte de la progenitora, ¿no es acaso esto un acto de injusticia? ¿No se busca que los hijos sean producto de la planificación familiar? Pero sobre todo, ¿no tienen las mujeres el auténtico derecho a decidir responsablemente cuando desean (para quienes aplique el caso) si quieren o no ser madres?
Evaluemos otra situación desafortunadamente más cotidiana de lo que creemos. Cuando una mujer que sale a una fiesta, o cualquier otro evento generalmente nocturno es sexualmente abusada, ¿en qué suele pensarse?
Los primeros comentarios no suelen referir a la víctima en sí, en cómo peden seguir ocurriendo eventos cómo estos... sino que lo que más parece tener importancia es cómo estaba vestida, pues parece que el hecho debe juzgarse dependiendo de qué tanta tela cubría su cuerpo, de modo que, si no era mucha y, por tanto, la chica se exhibía bastante, "¿qué otra cosa podría esperar?" "¿Quién sale de noche vestida así?" Se evalúan más estos aspectos que la injustificada acción, porque, en efecto, ninguna violación puede justificarse, ni es provocada por cómo la mujer se vista. Eso pone a la víctima en un papel de culpabilidad y responsabilidad en el acto, condenando a las mujeres a vivir con miedos y limitaciones.
Por lo que, ni siquiera parece que tenemos la plena libertad de vestir como deseemos.
Algunos otros motivos por los que la lucha es continua
Por otra lado, el acoso callejero también sigue siendo parte del día a día de muchas, ¿acaso debemos acostumbrarnos a recibir las opiniones y comentarios (por llamarles de un modo inapropiadamente decente) obscenos y lascivos sobre nuestros cuerpos porque "así son los hombres"? Nuevamente, se justifica lo injustificable.
¿Y qué hay de la violencia de género? Y no solamente hablemos de la violencia física, la cual sigue sumando vidas, hablemos de la manipulación psicológica; de la dependencia económica; de las prohibiciones, de las regulaciones sobre las amistades; el modo de vestir; la crianza de los hijos por mujeres que aún teniendo pareja, estos dejan la responsabilidad educativa y afectiva sólo en ellas... y muchos otros casos que también someten a las mujeres a situaciones vulnerables.
El tema laboral tampoco queda excento de este punto. Los cargos ocupados por mujeres en puestos políticos, científicos, legislativos y de otras áreas aún siguen siendo bajos. Es lamentable que en muchos países aún se sustente la visión de que las mujeres no están preparadas para ciertos cargos, que hay profesiones que son para hombres, porque así ha sido desde siempre, pero, es que desde siempre se nos han impuesto y privado muchas cosas.
Es por eso (y me excuso por los temas que no alcancé a plasmar aquí) que debemos seguir luchando por la reivindicación de nuestros derechos, porque no, no buscamos la imposición de un género sobre el otro, el feminismo no busca ocupar el lugar del machismo, queremos sentirnos seguras, protegidas, respetadas, libres, ¿no es acaso eso lo que cada persona merece en este mundo?
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